Cuando lo que quieres se convierte en lo que necesitas

Carro viejo o Carro nuevo

Todos sabemos que hay una gran diferencia entre algo que queremos y algo que necesitamos. En el mundo de los adultos lo que necesitamos es más importante que lo que queremos (o por lo menos así debía de ser). Entendemos que hay necesidades básicas que deben ser suplidas. Necesidades como comida, vivienda, ropa, transportación y servicios básicos (agua y luz), etc. También tenemos la necesidad de amor, aceptación, compañía, etc. Estas necesidades debían ser muy claras y fáciles de establecer, desgraciadamente es muy fácil poner las cosas de cabeza y confundir lo que es una necesidad real con algo que queremos.

Por mucho tiempo la compañía L’Oreal uso una campaña publicitaria que decía “Porque yo me lo merezco” (de hecho ha sido una de las campañas publicitarias más efectivas que ha tenido esta compañía). Ahora bien, el mensaje de esta campaña publicitaria esta tan integrado a nuestra forma de pensar que no nos permite ver bien la diferencia entre lo que necesitamos y lo que queremos.

Déjame darte un ejemplo. Cuando necesitas transportación es probable que en muchos lugares la transportación pública, aunque no sea conveniente, sea lo que necesitas para resolver el problema. Claro, estoy consciente de que no en todos sitios la transportación pública es una alternativa real, en esos casos el comprar un carro usado puede resolver el problema.

Sin embargo al enfrentar este tipo de situación la gente prefiere y a comprar…un carro nuevo. Y al hacer esto convierten algo que quieren en una necesidad. Convierten lo que quieren en una necesidad ya que una vez firman el contrato del carro, tienen que pagar el carro lo quieran o no. O sea que convirtieron un problema de 2 o 3 mil dólares en uno de 25 o 30 mil. Tenemos las prioridades de cabeza de tal manera que nos convencemos a nosotros mismos de que no podemos sacrificarnos unos meses para comprar un carro en efectivo, pero si podemos comprometernos a hacer un pago mensual por los próximos 5 o 6 años.

Y todo esto solo porque Yo me lo merezco. Este es solo un ejemplo de los tantos que te puedo dar de cosas que están en tu presupuesto que originalmente eran cosas que querías, pero terminaron como necesidades financieras después de que firmaste el préstamo o te comprometiste con la tarjeta de crédito. Cambia tu forma de pensar. Decide que realmente es una necesidad y ahorra por ella. No conviertas algo que quieres en una necesidad.

(Crédito de la Foto)

About Carlos Alvarez