Vive intencionalmente

Henry David Thoreau fue un gran escritor norteamericano del siglo 19. Sus escritos todavía son muy leídos y dejo un legado riquísimo en sabiduría. El decidió ser diferente, vivir de forma diferente. Por mucho tiempo vivió un estilo de vida que le permitía con solo trabajar seis semanas en el año mantener el estilo de vida que él deseaba.

Esto es un estilo de vida muy diferente al que estamos acostumbrados el día de hoy. Al terminar la universidad la mayor parte de los graduados esperan más de cien mil dólares en salario anual y el estilo de vida que muestre que “han llegado”. Como sociedad adoramos el “éxito”, pero la definición de este éxito está demasiado ligada al consumo. Tienes que tener una casa gigantesca con todos los lujos y comodidades que te mereces. Tienes que manejar cierto tipo de auto y vestir cierto tipo de ropa para ser exitoso. Todo esto aun si ambas parte de la pareja tienen que trabajar fuera de la casa o tener varios trabajos para poder pagar lo que tienen. Junto con la casa, el carro y la ropa llega el estatus social y este entonces da lugar a la membrecía en el country club, la escuela privada de los hijos, los eventos sociales, etc. Tenemos que trabajar más para poder pagar por las cosas y por ende tenemos menos tiempo para disfrutar las cosas que tenemos.

¿Realmente necesitas todas las cosas que puedes comprar? ¿Realmente necesitas una casa tan grande como la que el banco te está aprobando? ¿Realmente piensas que el financiar un carro que cuesta lo mismo que ganas en un año es una bendición? ¿Son las vacaciones a Europa realmente necesarias? ¿Son los muebles de la marca X lo que realmente necesitas? ¿Será la voluntad de Dios el que vivas esclavizado a las deudas? ¿Cómo puedes compartir con otros de los recursos que Dios ha puesto a tu disposición cuando tienes pagos atrasados?

Henry David Thoreau decidió vivir intencionalmente con menos, para que la vida no lo sorprendiera al final sin haber vivido. Trabajar para vivir, es necesario. Vivir para trabajar, no lo es. Cuando decides simplemente vivir como consumidor, realmente no estás viviendo. Estás esclavizado a las cosas y por tener cosas no puedes hacer lo que es importante. Comienza el día de hoy de forma intencional a vivir y deja de existir. Pon un límite a tus gastos. Decide tener menos cosas y más tiempo. Tiempo para tu familia y amigos. Aun tiempo para hacer algo por alguien que quizás no conoces. No hay nada más importante que el poder compartir el amor de  Dios con otros. Enséñales a tus hijos lo importante que es el no vivir solamente para ellos, pero recuerda que esto se enseña con lo que haces no con lo que dices. Se intencional en lo que haces. Si no lo haces la vida te puede sorprender al final y te puedes dar cuenta que realmente no viviste sino que exististe.

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